Para considerar a un usuario del
servicio de urgencias como Paciente Kit Completo (PKC) se deben cumplir unas
premisas básicas: el paciente propiamente dicho, el acompañante que toma la palabra,
la bolsa de plástico (opcional) y objeto, animal o cosa origen y/o justificante del motivo de
consulta.
El PKC por excelencia es el oral: “Mi marido, que lleva tres días vomitando”.
El marido no habla, se limita a hacer el quiero y no puedo: balanceo continuo
hacia delante y hacia atrás, boca abierta con intentos frustrados de vomitar. El
momento cumbre del PKC oral se produce cuando la señora saca de una bolsa de
plástico una toalla correspondiente al ajuar de boda con un lamparón y
tropezones alimenticios adheridos y
secos. Si yo la creo señora, no hace falta esa toalla de los años 60
redecorada, pero he de reconocer que
últimamente me he vuelto un poquito cabrón, me gusta compartir, y le digo: “Señora, guarde usted esa toalla y enséñesela
a doctor, es importante que la vea”.