Esta
Nochevieja, en turno de noche, me ha tocado encargarme de los postres, eso sí,
bajo las directrices de la organizadora de la cena hospitalaria: “Sobre todo trae chocolate”.
Tras
los aperitivos, los primeros y los segundos, llegó la hora de los postres. Rondaban
ya las 23:15 horas, y entre turrones de chocolate, bombones de chocolate, flan
de chocolate y tronco navideño de chocolate, fuimos interrumpidos por la
llegada de un paciente que se auto diagnostica de infarto de miocardio: “Me muero, que tengo un infarto, me muero”.
Y
es que justamente un dolor en epigastrio (en la boca del estómago) bien puede
ser síntoma de un infarto o de patología más banal. Todas las pruebas
diagnósticas (electrocardiograma, constantes, analítica) dieron resultados normales,
excepto una. Descartado el infarto de fin de año, la radiografía de abdomen cambió
el diagnóstico de dolor torácico por dolor abdominal, de infarto a mojón
alojado ocupando casi la totalidad del intestino.
“Eso hay que sacarlo de ahí”, nos comentó
el médico, a lo que respondimos: “Cesárea urgente o parto eutócico”. El
hocico arrugado del licenciado en medicina no dio pie a más bromas. El
tratamiento estaba claro; un enema, pero, no el de siempre, sino uno aliñado, enema casen más micralax,
más duphalac, más…
Las
contracciones no tardaron en llegar y cuando la dilatación fue la idónea, allí
estaba… La presentación parecía hasta cefálica, siento ser tan escatológico
pero las dimensiones de ese mojón, exagerando un poco, bien podrían ser las del tronco de navidad
que nos aguardaba, no exagero si digo que también presentaba un tono muy
similar al del ansiado dulce.
Por
los pelos se libró el paciente de la episiotomía y a las 24:02 horas el parto
era completo. Un mojón descomunal, lo bautizamos con el nombre de Pedro en honor al médico de guardia.
El
parecido de su cara no se si es más a la madre, al padre, al Ecce Homo, a la crisis, a la subida del IVA,
a los recortes , a los corruptos…
Ya
me imaginaba las noticias del los informativos: El primer nacimiento de 2013:
el mojón Pedro. O será más bien este mojón el resumen del 2012 o el preludio
del 2013. No lo sé, lo cierto y verdadero es que no es la primera vez que
recibo el año rodeado de mierda y no me refiero solamente al médico de guardia
de hoy . Y no es menos cierto que esa noche, nadie hincó el diente ni al
turrón, ni a los bombones, ni al flan, ni al hermano gemelo del mojón Pedro: el
tronco de navidad.
Feliz
2013 y mucha mierda.
juasjuasjuasssssssss....fijo que tu año 2012 va genial, empezándolo así!!! Saludos
ResponderEliminarNoelia seguro q si besos un abrazo.
ResponderEliminarInsuperable!!!
ResponderEliminarGracias saludos
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