La noche en esa unidad de salud mental blindada, mezcla de película entre “Alguien voló sobre el nido del cuco” y un bunker hitleriano, me daba miedo.
Acompañado por mi yo interior (MYI) y de dos auxiliares de cincuenta y pocos años que se habían criado en esta unidad afrontaba, a priori, una larga noche.Las dos auxiliares: “Tú, venga, pon la medicación, no te agobies que a todos estos los conocemos, te comes la cena y te tomas un cola cao calentito, después te echas un poco ahí en el almacén de farmacia y lo que salga lo vamos viendo…”
M.Y.I.: “Donde fueres haz lo que vieres”.Dicho y hecho tras la medicación, la cena, tortilla francesa, fanta de naranja y de postre lo que mis madres adoptivas me habían preparado; mientras una me daba un cola cao calentito, la otra me hacia una camita.
El cola cao entró masajeando mi boca, acariciando la garganta y finalmente meciéndose en mi estomago, sobre el parecía flotar la tortilla francesa. ![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiz49XyrBiVTQyljxY1axuJgJ7Vi_KOSbl4I434ur_PRQ02O8WCMcu7Bp8PGq9_KbxxNGIeDAfvgIXyitT_ozCl6uobJ92SVv2-e9FU8VpXD8chgnb7AAh2KECNBK_a8GQ3OpMj8VXTHYE2/s320/colacao.jpg)
La compresa con alas sobre la que descansaba poco a poco parecía transformarse en un colchón con sistema de muelles normablock con válvulas de aireación y sistema de amortiguación extra suave. Las alas empezaron a moverse y despegué. Viajaba en un avión entre nubes de algodón una preciosa azafata de generoso escote me agasajaba con champán francés y fresas pero yo no necesita ni una cosa ni otra mi felicidad y la de mi osito eran plenas. La turbulencia suave me mecía, me agrada, un traqueteo que aumentaba de intensidad y una voz: despierta, son las siete.
“¿¿¿Queeee??? madre míaaa” Me desperté, en mi mano derecha un puñado de pelusa, en la izquierda mi linterna con sus pilas agotadas, mi boca pegada por una gruesa capa de baba.Conté el relevo al turno de mañana, el que me dictaron las dos auxiliares, llegué a casa y violé mi ritual. No me tomé mi café, lo cambié por un cola cao que me supo insípido, no acarició mi garganta. Hijas de puta, qué coño me pusisteis en el colacao.
Llamamiento: Por favor si veis a dos auxiliares regordetas con cara de cachonas preguntarle el nombre de esa droga no estoy enfadado, solo estoy enganchado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario