Cayó su formación en las redes del enfermero apodado “Arévalo” porque al igual que el humorista, iba de gracioso pero sin conseguirlo. La primera tarea una toma de tensión, milagrosamente 130/80 y un pulso de 60 latidos por minuto y digo bien milagrosamente porque el difunto paciente nos había abandonado hacia no más de 20 minutos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqwERx68LUgd15IK42n9gZHe1TqessAEsihhFKcvttu9wOlEanIrHNgPajaCVuL4qPeZr_ax9m_bzbt9ckhKiAeB7ZNPVBOG8aZHlgj_ny4tNbzq0KO3znqZO8KXfJOqFSe4jpICzReWQa/s320/arevalo.jpg)
Saltó Mi Yo Interior (MYI ) en forma de alarma: “Cuidado con este, que es más tono que tú”, cuando sin hacerle ningún tipo de asco estuvo a punto de llevarse una muestra de orina a la boca, emulando a su tutor, pero en este caso orina calentita recién recogida.
No contento con esta carta de presentación apunto estuvo de administrar un jarabe de primperan por un lugar que a nadie se le ocurriría administrar: por vena. Desconozco los efectos que hubiese tenido sobre el paciente, pero al alumno no pareció importarle: “qué mas da primperam por boca que primpram por vena”.
En ese mismo instante fue obligado a permanecer pegado al culo de su tutor de prácticas, ganándose el apodo de “el almorrana”, cambiando ese apodo por el de “el drácula” porque tras múltiples intentos de extracción sanguínea durante los sucesivos días, unas treinta, no lo consiguió ni una sola vez.
Como pasan los años hoy me incorporado a unidad cualquiera, he tenido que hablar con el supervisor, que sorpresa, su uniforme no huele a mimosín, por mucho que lo lavase lo único que conseguiría es que el osito se diese de baja por depresión, su uniforme huele simplemente a hijo de la gran puta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario