jueves, 8 de noviembre de 2012

Urgencias: la realidad supera la ficción


En una consulta de urgencias, el nerviosismo del paciente puede llegar a provocar escenas surrealistas en las que la realidad sigue superando la ficción. Os dejo varios ejemplos bastante recientes.

El doctor a la señora: “Tiene el tobillo muy inflamado le vamos a poner un carrito y se le va hacer una radiografía.”

La señora al doctor: “Doctor, yo no soy mucho de caldito pero si eso es bueno para la inflamación pues me lo tomo”.

La rubia de buen ver acude a urgencias por un cuadro de cefalea compatible con sinusitis. Para confirmar el diagnóstico se pide una radiografía de senos (senos  paranasales, por tanto, radiografía de cabeza).

La rubia al técnico de rayos: “Perdona, tengo prótesis en los pechos”.

El técnico a la rubia: ”Me parece fenomenal, apoye aquí la cabeza”.

El subconsciente traicionó al anestesista en dos ocasiones en la consulta de pre-anestesia. El primer paciente con un estrabismo brutal entró a la consulta, el anestesista, si mirar el informe, le pregunta: “¿De qué ojo se opera?

-       ¿Ojo? No, si yo veo bien, me opero de una hernia.

La joven no podría haber elegido un escote más pronunciado, algo que para nada pasó desapercibido para el anestesista:

-       ¿Padece usted de alguna enfermedad?

-       Sí,  de dolores de cabeza

-       ¿Y el dolor cómo es? ¿Tipo pecho...? (En lugar de preguntar punzante, opresivo, regular…)

El pijo acudió a urgencias por un dolor abdominal, a la pregunta del médico: “Y de deposiciones, ¿cómo va?”, respondió: “No, qué va, de deposiciones nada yo aun estoy en la universidad”.

Pero el mal entendido ganador por unanimidad es el de Carlos, marido de una compañera. Por aquel entonces, previo a la intervención quirúrgica, el protocolo obligaba al paciente a ducharse en la habitación del hospital con un antiséptico jabonoso de color negro, que dispensábamos en un pequeño vaso de plástico. Le entregamos el  vaso a la compañera e hicimos el archiconocido comentario: “Toma madre, dale el cafelito a tu marido”. No había salido por la puerta de la habitación camino de quirófano cuando Carlos empezó a vomitar.

-       Carlos, ¿qué te pasa?

-       ¡Que qué me pasa!, que yo no soy de cafelitos y por cojones me lo he tenido que beber.
Comentario archiconocido por todos menos por esta compañera.

4 comentarios:

  1. Estás que te sales semana a semana!!! Me he sentido muy identificada con el de los "senos"...más que nada porque en 4 días tengo visita con el alergólogo y ahora ya iré al quite cuando me digan lo de "radiografía de senos"...jajaja

    ResponderEliminar
  2. Jajaja Noelia espero que todo vaya bien y ya sabes si tienes alguna anecdota me la tienes que contar un saludo.

    ResponderEliminar