jueves, 10 de enero de 2013

La Abuela cebolla


A las 23:35 horas hace acto de presencia una abuela en camilla. La primera impresión: una abuela cebolla. Y es que mi yo interior (M.Y.I.) hace una clasificación física y psíquica de las abuelas:

Clasificación física. Es necesario aclarar previamente que las abuelas tienen el mismo fondo de armario en enero que en agosto, da igual que vayan a la conquista de la Antártida o de vacaciones al Caribe, siempre visten igual.

Buena muestra de ello es el  ingreso que nos ocupa, que en pleno agosto cumple el primer requisito para ser abuela cebolla: primera capa: una bata de Boatiné (imprescindible negra o azul marino); segunda capa: rebeca de lana negra o azul marino; tercera capa: jersey, que puede ser blanco, azul o negro; cuarta capa: combinación, viso o saya, sí, esa especie de refajo a modo de camisón; quinta capa: camiseta interior de manga larga; sexta capa: sujetador color visón (imprescindible imperdible con: medalla de la milagrosa, una llave y una medalla con el rostro serigrafiado de su difunto marido). Esta sería la versión cebolla Basic.

Pero esto es como los coches, tenemos la versión Basic, la Confort, la Plus y la
Premium.

La versión Confort la reconocemos por unas zapatillas de paño negras que vendrán, obligatoriamente, con los juanetes marcados de serie.

La abuela cebolla Plus: tras retirarle todas las capas, puesto que la orden médica te obliga a colocarle una sonda vesical, llegamos a la ropa interior: braga blanca con caladitos, tipo trikini, porque recoge los genitales, la barriga y los pechos. Tras su retirada para proceder al sondaje, encontramos la característica propia de la abuela Plus: el orificio por el que introducir la sonda, que debería estar por encima de la vagina, se encuentra totalmente desplazado: está debajo, al lado o simplemente ha desaparecido. En este momento me acuerdo de mi profesor en la universidad con aquel genital de plástico, donde localizar la uretra era facilísimo… Me gustaría sacarle a esta señora un molde de plástico y decir: “Señores, señoras, esta es la realidad”.

El largo periodo que se invierte en localizar el preciado agujero de la anatomía femenina, obliga a permanecer mucho tiempo recibiendo las emanaciones y el olor que desprende dicha zona, lo que termina provocando el lagrimeo de ambos ojos, el mismo que se produce al cortar una cebolla. En este caso, nos encontramos ante la abuela cebolla Premium.

Clasificación psíquica. Esta es más simple: Abuelo bueno (máximo exponente: el abuelo de Heidi); abuelo malo: es la reacción de tendría el abuelo de Heidi si matásemos intencionadamente a Pichi, el pajarito de Heidi, pero mantenida durante toda la noche; abuelo diabólico: el abuelo de la Heidi poseído, que con fines puramente suicidas, le obliga a saltar la baranda de la cama para estamparse contra el suelo; abuelo monofrase: es como si el abuelo de Heidi estuviese toda la noche repitiendo: “Te quiero Heidi”.

Hoy nos encontramos ante una abuela cebolla Premium mala diabólica monofrase. La frase elegida por nuestra abuela: “Ponme una pastillita debajo de la lengua por el amor de dios”. La pastilla a la que se refiere es el orfidal administrado a las 00:00 horas.

La frase se mantiene constante durante toda la noche: 02:30 horas: “Ponme una pastillita debajo de la lengua por el amor de dios” (repetición 1120). La abuela cebolla Premium mala diabólica monofrase ya lleva dos orfidales debajo de la lengua más un alprazolan.

04:00 horas: “Ponme una pastillita debajo de la lengua por el amor de dios” (repetición 2300). Artillería pesada: haloperidol, largactil y tranxilium todo intravenoso.

05:00 horas: “Ponme una pastillita debajo de la lengua por el amor de dios” (repetición 5600). M.Y.I. se ha suicidado, yo no sirvo para nada, solo para extra en la serie de The Walking Dead.

06:45 horas. La abuela cambia su frase: “Bueno, voy a dejar de dar por culo y me voy a dormir”.
Hoy nos encontramos ante una nueva clasificación: Abuela cebolla Premium mala diabólica monofrase y YONKI.

08:45 horas.  Cafetería. Ante la pregunta del camarero : “¿Qué te pongo?”, lo siento, no me puedo reprimir: “Ponme una pastillita debajo de la lengua por el amor de dios”.

16 comentarios:

  1. Jajajajajajaja ya se lo que pedirte la próxima vez que nos tomemos algo :-)

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  2. ¿Y la versión masculina de la abuela cebolla? Debe ser digna también. Muy bueno!!

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  3. A mi me pasó con una abuela que gritaba "un poco de agua, por caridad" que hasta una compañera de otra planta me llamó para que le diera agua, a lo que respondí "como le dé más va a servir la señora de pantano", casi me ahogo yo para dejar escucharla... Vamos a pedir un plus de paciencia XDD

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  4. Jajaja muy bueno unplus y una pastillita debajo la lengua

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  5. Muy buena la descripción!! Se ve que lo has trabajado de verdad!!

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  6. yo celadora, ja,ja me quedo por aquí :)

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    1. Me parece fenomenal ah y aporta alguna historia seguro q tienes miles saludos

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  7. Ay, casi me meo de la risa, una pastillita para la incontinencia, por el amor de Dios!! XD XD XD

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    1. jajaja me alegra que te guste diureticamente hablando saludos.

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