jueves, 24 de enero de 2013

Un abuelo que ya descansa...


Aunque no importe la hora, eran las 3:30 horas de la madrugada. Los gritos desesperados de dos mujeres nos alertaron a todos, que salimos inmediatamente a la entrada. En la parte trasera de una furgoneta, mal envuelto entre mantas, un anciano de 93 años.

“Esta muy grave salvadlo, salvadlo”.

“No se puede morir, no se puede morir”.

En la sala de críticos el médico pudo concretar que no estaba grave, que no sufría ninguna  enfermedad, ningún proceso reversible. Lo que estaba aconteciendo era un proceso natural: la muerte. El gesto agónico del anciano había borrado de un plumazo su inicial gesto de dolor.

Y en este caso, lejos de llevar acabo un encarnizamiento terapéutico: pinchazos, sondas, analíticas, conectar a un respirador artificial… se deja que sigua el proceso natural porque no hay nada que hacer, porque ya no se puede hacer nada.

El médico informó a la familia que se concentraba en la misma puerta de la consulta. Toda la ira y la rabia se descargó sobre el facultativo y después sobre cualquiera que llevase un uniforme blanco. No comprendíamos esta dramática respuesta hasta que entre sollozos una de las hijas exclamó: “No se puede morir…  y ahora ¿de qué vamos a vivir?

Y es que ciertamente el agonizante anciano mantenía con su doble pensión a hijos, nueras, yernos y nietos.

Hoy no me quejo de que hay personas que siguen sin trabajo, de que hay personas que trabajan cada vez más y cobran cada vez menos.

No me quejo de que no tengamos derecho a jubilarnos a los 65 años.

No me quejo de que no tengamos derecho a una sanidad pública.

Hoy me quejo de que hay personas que ni siquiera tienen derecho a morir…

10 comentarios:

  1. uffff....Hoy he llorado!! Y es cierto que tengamos que haber llegado a la situación de que sean los abuelos los que mantengan a su familia, pero es absolutamente real.

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    1. Hola Noelia, es cierto y cada vez desgraciadamente mas frecuente. Saludos.

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  2. Curiosa y triste coincidencia. La entrada de mi blog de la semana pasada justo trataba de lo mismo y se llamaba "No me puedo morir". Dramático a más no poder. Y otros con cuentas millonarias en Suiza de las que nadie sabe nada. Pues si no es de nadie que lo repartan.

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    1. Desgraciadamente una coincidencia cada vez mas frecuente saludos

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  3. Pues hoy que esperaba reir un rato me encuentro que la realidad me pega una ostia en la cara. Te voy a poner una reclamación yoenfermero!!

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  4. Noooo risas y lagrimas como la vida misma.

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  5. Los pelos como escarpias... gracias socio con compartirlo

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  6. Que triste!! Desgraciadamente una realidad en estos tiempos que corren.

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