viernes, 16 de diciembre de 2011

Escatológicamente hablando

A las 0:15h del día 1 de Enero del 2006 sonó el timbre de la habitación 1016, qué detalle, pensé, un paciente que nos quiere felicitar el año nuevo: “mi marido que sa’ cagao”.
Llevaba casi un año en esta unidad, vamos era un experto, tenía un máster, un doctorado. Títulos no homologables por ningún sistema sanitario público, ni baremables  en ninguna bolsa de trabajo.
Experto en extracción manual de fecalomas (acumulación de heces en ano que taponan el flujo normal del tracto intestinal; a veces están pegados a las paredes del intestino), doctor en mierdas, máster  en detección de la etiología de la diarrea en función del olor y el análisis macroscópico. Andaba un poco frustrado aquellos días porque no conseguía catalogar los mojones en función de su consistencia y color, sobre todo la amplia y extensa gama de tonalidades de marrón.  Ayyy  la materia fecal, ese mal valorado producto de desecho del cuerpo, cuanta información  revela. Que envidia leer esos  relevos: “deposición acohólica,  abundante, semisólida”.  Madre mía que nivel de incidencia, yo quiero ser así.
Parece que detectábamos cual podría ser la causa de la diarrea tan solo con olerla,  como el mejor rastreador indio, estábamos dotados de un olfato ultra desarrollado, ultrasensible, una elevada tasa de especificidad: una diarrea cuyo olor penetraba  por medio de la inspiración y sale en la espiración sin dejar residuos  en las fosas nasales, es decir la peste te abandona cuando espiras,  esa diarrea tiene una alta probabilidad de ser de origen alimenticio. Este experimento  podéis hacerlo en casa. No, no hace falta que os caguéis encima, basta con introducir en un recipiente hermético el cocido sobrante de días anteriores, pringada  incluida, añadirle medio de vaso de vinagre y dejarla macerar; el tiempo de maceración será inversamente proporcional a la temperatura ambiente, es decir,  a mayor calor menor  tiempo. Para acelerar el proceso dejar el recipiente en el pollo de la ventana de la cocina en agosto varios días.
La diarrea de olor dulzón que te acompaña durante toda la asistencia al paciente y desaparece conforme abandonas la habitación. Sin duda es provocada por la nutrición enteral, es como si te comes un roscón de reyes, claro un roscón de reyes cuando te lo comes el 30 de enero, esa bola que escupes, porque evidentemente la nata está agria, desprende un hedor similar.
La diarrea que te acompaña durante la asistencia del paciente, cuando sales de  la habitación, cuando te vas a tu casa, te acompaña al cine, al supermercado, llegas a tomarle cariño. Esa cagada es señores y señoras obra y producto del  antibiótico amoxicilina-clavulánico. Por favor no intenten reproducirla en el domicilio, personal lego, poco entrenado,  puede, en sus primeros  contactos, sufrir pérdida de visión, obnubilación, alucinaciones, se han descrito casos extremos de lo que se conoce como “la llamada de la sirena”, la fragancia atraviesa la barrera hematoencefálica  provocando una atracción hacia sí del individuo que se arroja y se revuelca sobre la misma como un lechoncillo.
Para añadir rigor científico, en ocasiones, el olfato del profesional  puede dar lugar a  interpretaciones  con cierto nivel de subjetividad, se recurre a la escala internacional nivel inmersión o prueba de lanzamiento de moneda: que se hunde, alimenticia; que queda mitad mitad, nutrición enteral; y si rebota y de da en el hocico, esa de antibiótico.
A las 00:30 h entramos en la habitación, aprovecho para hacer un inciso, un llamamiento: por favor,  ruego encarecidamente a los cuidadores de grandes dependientes que cuando estos  defequen en sus respectivos pañales, NO, REPITO NO fumiguen la habitación con colonias, perfumes,  esencias, fragancias, ambientadores  y similares, estos no enmascaran, no eliminan mientras el problema este ahí,  en el pañal, es más, se produce un efecto sinérgico colonia-mojón de tres pares de cojones.
La señora haciendo caso omiso a mis suplicas impregnó toda la habitación de colonia, concretamente, colonia Varón Dandy de litro. El ritual siempre era el mismo: mano izquierda en forma de cuenco, viértase una buena cantidad de la fragancia, con un movimiento de abajo arriba liberarla por toda la habitación, repetir la operación para dejarla caer, en esta ocasión,  por toda la sábana. Finalmente deje caer unas gotitas en ambas manos,  friccionarlas para concluir dando un par de ostias en la cara del paciente.
El ambiente doblemente enrarecido,  por un lado la contaminación de la colonia, un Varón Dandy diferente, más añejo como si el producto hubiese sido adquirido hace varios años, sospechas que se confirmaron al ver que la bolsa donde la guardaba, de Galerías Preciados actual Corte inglés. De otro lado, un aroma pestilente que no encajaba en ninguna de las tres categorías, mi inquietud fue en aumento, aumento que llegó al máximo apogeo al ver al paciente perfectamente mimetizado como el mejor boina verde previo al combate, sustituyendo la tinta negra por mierda pura, a ver si tiene cojones de hacer esto Rambo. Al levantar la sábana una extensión nunca antes vista: desde la punta del esternón hasta ambos tobillos verticalmente, y llegando a ambos límites de la cama lateralmente. El paciente aún así había reservado una importante cantidad para extenderla perfectamente por toda la pared de la habitación haciendo gala de su antigua profesión, pintor de entidades bancarias y viviendas en sus ratos libres.
Ni por olor, ni tan poco por cantidad, encajaba en los actuales patrones de clasificación: mierda (unos 200 grs. Aprox.), mojón (entre 300-400 grs.), te has tenido que rajar el culo (> de 400grs.).
Acotamos la zona, tomamos muestras, hicimos un portal de Belén, con más de 100 pastorcillos, pececitos, ovejitas, a falta de uno pusimos dos angelitos, a punto estuvimos de comernos las cabezas de los muñecos, increíble, el efecto llamada de  sirena en su forma más agresiva.
Aun hoy, en noches cerradas, perturba mi mente aquel recuerdo de mojón expediente X, implorándome que resuelva el misterio…

1 comentario:

  1. Por que al final siempre que nos reunimos varios sanitarios terminamos hablando sobre mierda?
    Por que nos descojonamos cuando lo hacemos?
    Este trabajo, no está pagado. ni de coña.
    La única manera de quitar hierro al asunto es ponerle un poco de humor, pero sabes que eso solo sucede cuando ya no estás delante del marrón y cuando tienes oportunidad de poder contarlo y desahogarte.

    Un abrazo.

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