viernes, 24 de mayo de 2013

Cari uno y cari dos


Cansado de aprender las cosas con el método ensayo error (a ostias o síncopes) decidí buscar un método algo más científico. Me matriculé en un súper mega master en urgencias, emergencias, cuidado, estabilización y traslado de pacientes críticos y todo ello siguiendo los criterios de la EBE (enfermería basada en la evidencia ). Todo por un módico precio: 3.800,00 € a pagar en cómodos plazos (la mitad hoy y el resto la semana que viene).

Después de unos interminables, rutinarios y desesperantes seis meses de teoría, eso sí, de EBE, llegaron las ansiadas prácticas en ambulancia UVI móvil. Un mes aproximadamente.
Aún recuerdo ese primer día... No me lo podía creer. Mi tutora era aquella ex pareja que me abandonó en segundo curso de enfermería cuando ella estudiaba tercero. Su despedida: necesito algo mejor. Rebotó en mi memoria. Ya se a qué se refería: algo mejor físicamente hablando. Su recién estrenado marido bien podría ser portada de alguna revista. O algo mejor profesionalmente: su marido era el médico del equipo con el que tendría que compartir mis 24 horas siguientes. Qué bien.


Recuerdo perfectamente sus nombres: el médico respondía por “cari uno” y mi tutora o ex o recién desposada respondía por “cari dos”. Exasperantemente   se nombraban así continuamente el uno al otro. Y yo allí, que solo buscaba formación al estilo EBE, encontré formación al estilo macho alfa dominante. Al querido doctor solo le faltó orinarse en la UVI móvil para marcar su territorio.

El primer aviso no se hizo esperar y más que un enfermero me convertí en un porteador tipo sherpa cargando material: bala de oxigeno, desfibrilador, etc… Mientras tanto, cari uno y cari dos discutían el posible tratamiento. La mueca chulesca del macho alfa siempre precedía a su brillante frase: “Actúa como una linterna, alumbra todo el escenario, ¿qué harías?”.
M.Y.I.: Si supiese lo que tengo que hacer que cojones iba a hacer yo aquí perdiendo mis vacaciones, mi dinero y mi paciencia con un capullo como tú.

Y su respuesta siempre era la misma: “Bah, déjalo, necesitas luz”.

En el segundo aviso no fui porteador, ni enfermero. Actué como empleado de grúa municipal retirando de la calzada una moto mal aparcada que impedía el paso de la ambulancia. Mira y aprende hasta que tengas luz...

La luz y las demás actitudes chulescas se mantuvieron de forma constante hasta finalizar las practicas, momento en que entregué mi proyecto de fin de prácticas a mi súper tutora, un solo folio:

Hoy he aprendido, y hablo desde la EBE, que cari, aunque sea diminutivo de cariño, significa te quiero mucho más. También quiero destacar que como enfermero, como porteador y como empleado de grúa municipal necesito más luz”.

Querido doctor macho alfa, no busques la linterna tipo boli que usas continuamente para valorar la facción pupilas, la tengo yo, la necesito para dar luz a mi vida profesional. Gracias por todo. Por supuesto, sin acritud, eh…

4 comentarios: