jueves, 2 de mayo de 2013

Mamá (Parte I) - ¿La peor novatada? Sin duda, la de mi madre


Primero de enfermería, y más concretamente, el día de las novatadas: debíamos beber de una bolsa recolectora de orina, en lugar de dicho producto de desecho, la bolsa contenía cerveza y encima fresquita;  debíamos hacer lo mismo de un drenaje quirúrgico que contenía vino tinto en lugar de sangre; y finalmente, de postre, comer de un pañal, lo que en principio parecía mierda, en realidad era chocolate.

A algunos nos colocarían esos mismos pañales de adulto y nos pasearían  por los alrededores.  Más que una novatada, me pareció una fiesta gratis. Recuerdi que la peor parte se la llevó aquella compañera que gritó: “Por favor, no me deis cerveza estoy a dieta”. Se cebaron con ella.

Sobre mí, rápidamente se posaron las miradas, en principio,  de dos compañeras de tercer curso a las que se sumaron, posteriormente, dos más de segundo. Miradas acompañadas de carcajadas. Mi Yo Interior (MYI), por aquel entonces un embrión inmaduro, procesó la información erróneamente: Has ligado… y con cuatro. No podía ser, había ligado y encima ellas se aproximaban. Los nervios se apoderaron de mí, las lágrimas casi nublaban mi vista… 

Una de ellas, la única que pudo dejar de reír por unos segundos, me dijo: “Tú eres el hijo de Antonia, que trabaja en el hospital en la octava izquierda”.

Un simple sí multiplicó por diez las carcajadas:

 Tu madre quiere buscarte novia y enseña unas fotos  tuyas de la comunión, y otras de más mayorcito, a todas las estudiantes que hacemos allí prácticas.

Perdí mi identidad. Desde ese momento y hasta finalizar la carrera, fui conocido como el hijo de Antonia de la octava izquierda. Interioricé mi identidad hasta tal punto que cuando publicaban los listados de  los exámenes me busca por la ‘E’ de  “El hijo de Antonia de la octava izquierda”.

Mi humillación se disipó rápidamente, no solo porque viese a “la dietas” borracha intentando subir  al autobús con un pañal relleno de chocolate. Mi humillación se torno en gratitud hacia mi madre: Gracias a ti mamá, conocí a aquella estudiante de tercer curso.

Mamá, aprovecho para decirte que esa muchacha no era diabética, se desmayaba por la mañanas  porque empalmábamos la fiesta con las prácticas. Estoy de acuerdo contigo con que de todas a las que le enseñaste la foto esa era la más fea, pero es que fue la única que me hizo caso.

Hoy solo tengo claro que si en aquella época hubiese existido la revolución digital actual, yo no sería enfermero, simplemente sería rico porque mi madre fue una visionaria, una pionera, la creadora, la inspiración de webs de búsqueda de pareja tipo: meetic, edarling, match…

5 comentarios:

  1. jajajajaja........no puedo pasar de reir!!!!! Que grande tu madre! Saludos!

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  2. Siii estaba muy preocupada la.mujer jajaja

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  3. Jejeje, que buena tu madre !!!!!!!!!

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    1. Muy preocupada ella en que su hijo era el unico dl barrio aun sin novia. Jajaj ayyy mi madre.

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  4. Espero regreses a escribír, comencé a leerte cuando iniciaba en enfermería ahora quiero compartir mis experiencias como estudiante... :B

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